Fútbol, el deporte de los milenials en USA: Una aproximación histórico social.
Fútbol en Estados Unidos, el deporte de los milenials: Una aproximación histórico social.
Estados Unidos, el país de las barras y las estrellas, de la multiculturalidad, la “tierra de las oportunidades”, el mayor mercado sobre la faz de la tierra que no ha terminado de comprar al deporte más popular del mundo: el fútbol… O para que mayor entendimiento, el soccer.
Un deporte que atracó en puertos de Nueva Inglaterra a finales del siglo XIX, seguramente a manos de emigrantes británicos que fundaban el Oneida Football Club (quizá, el nombre, como homenaje a los nativos americanos) y que, apenas siglo y medio después parece arraigarse por fin en la cultura estadounidense.
El fútbol frente a los deportes nacionales.
Y es que, si algo caracteriza a los del país de la fast food comida rápida, a pesar de las diversas ascendencias de su población, es su nacionalísmo, el amor a lo Made in the USA hecho en Estados Unidos. Y el fútbol, aún con la green card en su mano, todavía tiene que naturalizarse.
Los que tuvieron la “suerte” de nacer ahí fueron el Football Americano de finales de 1800 (la variante local del rugby y el ‘soccer’ es el deporte más popular en el país), el béisbol, que se remonta a mediados del siglo XIX y el baloncesto (deporte creado por un profesor de educación física para jugar en interiores durante el invierno). Deportes que hasta la fecha y junto a la invención canadiense del hockey sobre hielo siguen siendo los deportes más populares del país (en el orden citado). Pero que, día a día y frente a las nuevas generaciones menos nacionalistas y criados en la era de la globalidad digital, se ven amenazados por el soccer Fútbol con ú tildada.
THE LEAGUE LA LIGA y el Cosmos de Pelé.
Después de varios intentos de ligas locales, en 1968 se fusionaban la United Soccer Association y la National Professional Soccer League para formar la primer competición que intentó entrar con seriedad en el colectivo mayoritario: la North American Soccer League (NASL).
La liga del mítico Cosmos de Nueva York que sacaría del retiro al propio Edson Arantes do Nascimento “Pelé” para liderar un torneo de veteranas figuras junto a Johan Cruyff y Franz Beckenbauer. Un intento de carnada para nacionalizar al balompié… Pero el pez no picó y terminó generando una deuda que ocasionaría la desaparición de la liga en 1985.
Nueve años tuvieron que pasar para que el fútbol profesional volviese a tirar anzuelo en tierras estadounidenses, siendo sede del Mundial de 1994, que despertaría el hambre de productos deportes nuevos en el mercado local. Un “Mundial ancla” que atraería las miradas (junto al título de campeonas del mundo de la US Soccer femenil en 1999) para el lanzamiento de la primer liga realmente estable en el país: la Major League Soccer (MLS).
Con un formato que ha cambiado constantemente a lo largo de los años, en la actualidad la liga mayor de fútbol en el país se divide en dos conferencias (Este y Oeste) que juegan de marzo a noviembre, sin coincidir ni con su competencia deportiva local, ni con el resto de ligas del mundo que juegan prácticamente todo el año. Disputándose 34 fechas en dos etapas, temporada regular y los playoffs que designan al campeón.
Compite además en la Copa de Campeones de la CONCACAF contra equipos de centroamérica, el caribe y México, enviando al campeón de la temporada regular y al de los playoffs. Un torneo del que, desde el nacimiento de la liga, solo han salido airosos en dos ocasiones (DC United 98 y LA Galaxy 2000), muy lejos de su vecino del sur que suma 19 títulos desde entonces, pero empatado con Costa Rica (Alajuelense 2004 y Saprissa 2005).
A pesar de tener plantillas equiparables en valor económico a las de la Liga MX (entre 25 y 61 millones), siendo el Atlanta United y el LA FC los equipos más caros (61 y 41 mdd) contra Tigres y Monterrey (71 y 45 mdd), sus resultados internacionales no solo dan muestra de lo lejos que está la liga a nivel deportivo, sino lo mal que ha ido invirtiendo en ello, concentrándose en contratar figuras internacionales principalmente en posiciones ofensivas, descuidando el resto de la columna vertebral cuando el fútbol formativo apenas va naciendo en el país.
Prueba de lo anterior lo vemos en la figura de los jugadores franquicia; y es que, a diferencia de las demás ligas asociadas a la FIFA, en la MLS es la propia liga quien administra el dinero referente a contratos y transferencias de jugadores por medio del llamado tope salarial, donde da un presupuesto salarial a cada club. Esto con el objetivo de combatir las malas competencias entre los clubes más ricos y los menos.
Los jugadores franquicia, por su parte, son las tres excepciones en las que cada equipo puede contar con jugadores que rebasen el promedio salarial. Mirando solo algunos de los jugadores franquicias de la liga podemos encontrar nombres principalmente ofensivos, como Carlos Vela (LA FC), Javier Hernández (LA Galaxy), Josef Martínez (Atlanta United) o Rodolfo Pizzarro (Miami FC).
Si bien la medida es buena, el balance entre toda la plantilla en la mayoría de los equipos (principalmente los más modestos) suele ser tan ancha como Castilla y León, teniendo grandes jugadores arriba y jugadores deficientes en las zonas para evitar goles. Situación que en la liga local puede no cobrar mucha relevancia, pero en el ámbito internacional se vuelve mucho más evidente cuando son los mejores de la liga los que terminan siendo eliminados en la mayoría de los casos.
Popularidad
Volviendo a la historia, a 25 años de su fundación la MLS sigue estando por debajo de los deportes nacionales pero, junto a los éxitos de la US Soccer femenil (la selección femenil suma un título mundial y un tercer puesto), mira en el futuro y la demografía local, su arma secreta para subir de peldaños en el gusto deportivo del imperio.
Y es que, a pesar de seguir con la misma estrategia de la NASL (ahora renacida) en traer figuras extranjeras (desde el ‘Pibe’ Valderrama o Jorge Campos, hasta Kaká o Ibrahimovich), la MLS ha ido arraigándose creando identidad en ciudades como Los Angeles, Chicago, Washington o incluso Toronto (Canadá) con clubes ya de tradición como el Galaxy (fundador), Chicago Fire, DC United o el Toronto Fc.
Y es que, según información de la ESPN Sports Poll, una encuesta dedicada a la investigación deportiva en el mercado estadounidense, en 2012 el fútbol soccer ya era el segundo deporte más popular entre jóvenes de 14 a 24 años, solo detrás de la NFL (el football collegial no se incluye).
El Doctor en Psicología Social, Rich Luker, creador de la encuesta, en entrevista para ESPN en 2012, calmaba un poco los ánimos de los amantes del fútbol que piensan que la conquista del soccer al gusto y los bolsillos de los estadounidenses está a la vuelta de la esquina, argumentando que a principios de los años 90 el deporte ya era practicado en 30% de los hogares del país, principalmente en edades previas a los 13 años, donde los niños utilizan ‘El Juego’ para crear vículos y amistades pero, pasada esa edad, el comportamiento social cambia a relacionarse de otra manera con personas del género opuesto y para eso, dice Luker, “no hay nada mejor como lubricante social que el fútbol americano…”, un deporte mayor contacto físico: y es que ‘a los chicos de escuela secundaria se les veía sin agallas para jugar uno de los deportes grandes -béisbol, fútbol americano o baloncesto- prefiriendo jugar fútbol, el deporte que sus mamás le presionaban a practicar’, situación que podría explicar la estigmatización del fútbol como deporte femenino (donde Estados Unidos es potencia).
Consumismo Deportivo: Gol, Gol, Gol.
Sin embargo, el lento ascenso del fútbol en la cultura popular estadounidense tiene otras razones más allá de las dificultades para arraigarse en la identidad de sus ciudades. En una encuesta realizada por la web The American Thinker estadounidenses respondieron no sentirse atraídos al deporte por su baja cantidad de anotaciones y su falta de pausas (solo hay una).
Y es que, en el epicentro del consumismo, una Sociedad acostumbrada a estímulos continuos (comprar, comprar, comprar = gol, gol, gol), un deporte con pocos puntos puede resultar un mal negocio.
https://www.youtube.com/watch?v=nkDGl6q7LrQ
Los Simpsons dieron muestra de ello en este episodio.
Si bien es cierto que el béisbol en muchas ocasiones no genera muchos puntos, a diferencia del fútbol, y aunado a ser producto nacional, el llamado “rey de los deportes” (en EEUU) brinda muchas oportunidades para ir al baño, por una cerveza o un nuevo tazón de nachos con guacamole (Estados Unidos es el principal consumidor de este producto en el mundo) gracias a sus pausas entre entradas. Es algo con lo que el soccer no puede competir en el sector generacional más arraigado del país, pero sí, en el que se refiere a las primeras o segundas generaciones de norteamericanos, sean nacidos ahí o no.
Esto es constatado en el crecimiento de las franquicias de la liga, donde en 2018, tal como recopila la revista Forbes, los clubes de la MLS han crecido en un 30%, eso es 15% más que los de la NBA y casi 20% superior a la NFL.
Por su parte, en materia de asistencia por partido, y a pesar de no ser un país de tradición ‘futbolera’, la MLS se encuentra dentro del top 10 mundial, con un promedio de 22 mil asistentes por partido. Por encima de Francia o Argentina y debajo de México, Alemania o España.
Vamos, que para atraer público, el fútbol en Estados Unidos, incluso ha tenido que recurrir a inovaciones para volver el deporte “más estimulante” para su población, como la eliminación de los empates mediante la transformación de los penaltis a los ‘shoot-outs’, una serie de ‘mano a mano’ entre jugador y arquero que se disputaba cuando había empate en los 90 minutos.
https://www.youtube.com/watch?v=RRITqS6WEn0
Los shootouts.
Eureka!
A pesar de los intentos de adaptar el deporte al mercado estadounidense y de sortear grades crisis económicas a base de inversió y creer en el proyecto, el fútbol en el país, abanderado por la MLS encontró por fin un aliado para subir más dentro del top 5 de deportes más populares en el país: la Era Digital.
Y es que, la globalización de la información contibuyó fuertemente en la atracción de nuevos aficionados al fútbol. Siendo éste el deporte más popular en la mayoría del mundo, su presencia en las redes y portales deportivos del resto del globo, obligaron de alguna forma a que los medios del país dieran mayor espacio en sus plataformas al deporte y, con ello, crearan mayor interés y expectación en los americanos sobre las figuras mundiales del soccer que, junto a sus estrellas de la NFL, MLB o NBA, abanderan las principales marcas de los productos que consumen.
En un país donde el 85% de la población es seguidora ferviente de algún deporte, que el fútbol se ubice dentro del top 5 de los más populares, es mucho decir. Y es que, según datos de SportsShow, en 2020 ( https://sportsshow.net/most-popular-sports-in-america/ ) la Major League Soccer es la cuarta liga más seguida en el país con el 8.2% del mercado, superando al hockey sobre hielo (3.8%) y solo por detrás del bésbol (14.8%), baloncesto (15.3%) y el futbol (sin tilde la castellanización) americano, que cuenta con el 38.8% de los aficionados.
Es tiempo de FUTBOL.
Se vienen tiempos cruciales en el crecimiento del mercado del fútbol en Estados Unidos (esperemos en lo Deportivo también), siendo el país, junto a México y Canadá, sede del Campeonato Mundial de 2022, si en este segundo intento logran confirmar la afición a este deporte en el país, aunado a las constantes subidas en los contratos de television (pasaron de 25 a 90 millones por temporada tras la union de ESPN, Fox Sports y Univisión) la liga podría dejar de invertir en promoción para comenzar a invertir fuerte en el propio deporte.
Si bien el fútbol continua por debajo de los deportes más tradicionales del país, las distancias, salvo con la NFL, se han acercado 5 puntos en porcentaje, el verdadero repunte para la MLS vendrá con las nuevas generaciones, más diversas culturalmente hablando y abiertas a un “nacionalismo de lo global”.
Ese acercamiento popular con las mayores ligas del país no solo genera más aficionados, sino confianza del mercado en la marca, que se traduce en patrocinios, ganancias y más publicidad dentro y fuera de sus fronteras.
25 años después de su creación la MLS ha creído en un proyecto y ha invertido bien. Cuenta con infraestructura de primer mundo, estadios propios (ya no alquila, como en antaño), 24 clubes (6 más por llegar), presencia mediática en 190 países y el atractivo para atraer estrellas mundiales por sueldos y calidad de vida, la clave para que la MLS cumpla su sueño de convertirse en una de las mejores ligas del mundo radica en comenzar a invertir fuerte, más que en la marca (ya conocida), en un modelo de negocio mixto en el que se priorice la formación y exportación de jugadores, quizá apoyado en las universidades (como la NFL con la NCAA). Sólo así, cuando la MLS invierta fuerte en el fútbol, la liga elevará su nivel y podrá considerarse potencia, de ahí aquel dicho popular de “si la mona se viste de seda, mona se queda”.
Poco a poco la MLS ha dejado de ser esa liga del ‘retiro tranquilo’ de los Valderrama, Beckham o Zlatan, a otra opción más allá de Europa para aficionados y jugadores milenials (de 1981 al 96) que ven más allá del reto deportivo, un lugar con calidad para vivir.
Poco a poco la MLS ha ido arraigándose en su país y aunque aún le queda mucho camino por aprender y hacer en materia deportiva, ya ha dado muestra que tiene materia prima con gente como Donovan, Howard o más recientemente Pulisic (Chelsea) y Alphonso Davies (Bayern Munich). Porque a 25 años de su creación, la Major League Soccer ya es parte de su país, ya es parte de las Grandes Ligas.
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Te recomiendo leer:
https://espndeportes.espn.com/noticias/nota?s=futbol/mls&id=1615818&type=story
https://www.nytimes.com/2019/09/19/sports/rich-luker-fan-psychology.html
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